
lunes, 28 de diciembre de 2009
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domingo, 27 de diciembre de 2009

domingo, 20 de diciembre de 2009

domingo, 13 de diciembre de 2009
sábado, 12 de diciembre de 2009
Music was my first love.
domingo, 29 de noviembre de 2009
Seré tu esencia.
sábado, 14 de noviembre de 2009
lunes, 9 de noviembre de 2009
Alba, with the cute voice and hostile look (And our really special-deep relationship)

sábado, 7 de noviembre de 2009
Tears.
martes, 27 de octubre de 2009
Tu arkhé.

martes, 20 de octubre de 2009
Mi obra maestra.

lunes, 19 de octubre de 2009
¿Sabes lo mejor? Todavía estoy a tiempo.

domingo, 18 de octubre de 2009
Así es la vida

lunes, 24 de agosto de 2009
Our time

Cuando entré en la habitación, divertida y sonriente y allí seguía él, en su mecedora, dormitante, con los pies junto a la estufa y los años pesándole en los huesos.
Abrió los ojos y al verme sonrió.
Me acerqué y él, tranquilo, me señaló el reloj.
-¿Ves lo lentas que avanzan las manecillas?- dijo
Lo miré y asentí sin entender lo que quería decirme
-Pero nunca se detienen.
domingo, 5 de julio de 2009
La mujer de rojo
Miró con sorpresa aquella particular presencia, pues escondida tras la furgoneta, una mujer de corta estatura vestida de rojo tapaba su rostro con preocupación.
Se preguntó cómo su mente no le había permitido darse cuenta antes, ya que el vestido rojo de la mujer destacaba entre la monotonía del alcance de su vista.
El semáforo se puso en verde, y avanzó con precaución mirándola con curiosidad. Ella parecía no inmutarse que el mundo seguía funcionando a su alrededor.
Cuando estaba a su altura, la mujer dejó ver sus ojos, sobresaltada por la proximidad de un extraño, estos, también rojos, consiguieron transmitirle la más amarga de las penas a pesar de haber disfrutado desde siempre de la carencia de empatía. La miró ofreciéndole su ayuda con la mirada, ya que a veces no son necesarias las palabras, pero ella se giró, y pendiente de alguien al otro lado de la carretera continuó ocultándose entre sus delicadas e insanas manos.
Podría haberse acercado, haberle preguntado y haberla ayudado, pero sin embargo continuó andando mientras se preguntaba cual sería el problema que atormentaba a aquella insignificante mujer. Y conforme avanzaba cayó en que no tenía por qué ser insignificante solamente por la fachada que diese. Aquella mujer tenía tras de sí una larga y, aparentemente, infeliz historia. Se maldijo mil veces y buscó una excusa para dar la vuelta y no dejarla allí sola cuando escucho unos pasos tras de sí. Apresurados e inseguros. Volteó la cabeza con disimulo, fingiendo colocarse bien la camiseta y vio que era ella. Cada vez la escuchaba más cerca pero tampoco tuvo fuerzas para detenerse.
martes, 30 de junio de 2009
La noche.

Bajó la persiana hasta dejar espacio solo para los traviesos rayos de luna que osasen filtrarse por los minúsculos huecos para impactarse contra la pared formando formas que le ayudasen a dormir. Se había desvelado, y le iba a costar reconciliar el sueño.
Como si se hubiese enfadado con ella y no quisiese perdonarla. Nada, no había manera.
Se giró despacio y le observó mientras dormía plácidamente. Envidió la profundidad de su sueño pero por otra parte agradeció el estar despierta para verle así, tan vulnerable, tan frágil. Sentir que era ella quien velaba por que nada le hiciese daño. Cuando dormía se rompía aquella máscara tan dura y fría que lucía por la mañana.
Se metió con cuidado en la cama, intentando no despertarle con sus pies fríos y, aún sin abrir los ojos, la abrazó acunándola contra su pecho.
Y así se quedó, inmóvil, escuchando su corazón latir con parsimonia, haciendo un hermoso dueto junto a la respiración que la arrullaba.
Y cuando por fin el sueño volvía a ella dijo, muy bajito:
-¿Sabes? Quiero tenerte conmigo siempre, así, muy cerca, tan cerca que lo único que oiga sea tu corazón, que el único aroma que pueda percibir sea el de tu pelo, que lo único que sienta sea tu cuerpo, que lo único que pueda tocar mis labios sea tu piel, y que lo único que pueda ver seas tú. Lo único que quiero, así, siempre, eres tú.
No contestó, pero los rayos de luna me dijeron que le habían visto sonreír.