sábado, 7 de noviembre de 2009

Tears.



Y ahí estás tú.
Quieta, absorta en pensamientos inexistentes.
Buscando una razón por la que moverte, pero prefieres sentir,
por una vez no algo interno, si no externo.
Y sobre tu piel fría y casi inerte comienzan a resbalar gotas de agua caliente,
efímeras que se precipitan por tus curvas hasta deshacerse en nada. Hasta fundirse en ti.
Por tu espalda, por tus clavículas, por tus caderas, comienzan rápidas y recelosas
pero terminan deleitando en tu piel, lentamente, intentando no separarse de él.
Y tú disfrutas de cada una de ellas, y de esa sensación, que hace que la piel se te erice
bajo sus caricias.
Te evades, dejándote llevar por ellas, dejando que el vaho que producen te penetre
hasta los pulmones y te libere. Y te sientes pesada, porque quieres ser como ellas.
La cabeza te da vueltas. Tus pensamientos se confunden y ya no sabes si eres ni dejas de ser.
Solo tu respiración te lo recuerda, que sigues ahí. Que no eres efímera.
Pero para entonces las gotas ya no están y solo forman parte de ti.
De tu cuerpo, de tu persona.



2 comentarios:

  1. Me encanta ducharme al final del día mientras bailo con los 40 Principales de fondo.
    Ya sé que no es tan bonito,pero mira es lo que hay XD

    Un beso!^^

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  2. Qué mejor que una buena ducha de agua caliente, eso que muchas personas en el mundo no conocen por la falta de recursos que tienen. Debemos sentirnos orgullosos de la vida en la que nos ha tocado vivir.
    Me encanta el texto.
    Como siempre te digo, me gusta tu forma de expresarte y como usas ese vocabulario tan bello... siempre que leo tus textos me apetece leer más y más.
    Sigue así que aquí tienes a una persona que te apoya y te sigue diariamente.

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